El baño de la chinchilla
Hoy queremos hablaros por primera vez de uno de los roedores que en los últimos años es cada vez más común ver como mascota: la chinchilla.
Un animal muy curioso
La chinchilla doméstica es un híbrido entre dos especies silvestres. Aunque la chinchilla doméstica es un animal únicamente conocido en cautividad, son muchísimas las curiosidades acerca de este. Ya solo el hecho de heredar las características de sus especies de procedencia en los Andes lo convierten en un roedor curioso y muy especial. Y es que imagínate vivir en un medio seco y rocoso, con escasa vegetación, donde se alcanzan temperaturas muy bajas, cubierto de ceniza volcánica…
Buenas saltadoras y escaladoras, de costumbres nocturnas, no soportan bien el calor, de denso y suave pelaje y capaz de soltarlo para defenderse, son solo algunas de sus curiosidades. Y entre ellas cabe destacar una característica a tener muy en cuenta cuándo tenemos una chinchilla como mascota: estas deben de tomar baños, pero de ARENA.
El baño de arena
En su medio natural las chinchillas silvestres toman estos baños de forma instintiva con el fin de mantener su pelaje y piel en buenas condiciones: seco, desenredado, desparasitado…
Y es que NUNCA deberemos de mojar con agua a una chinchilla, ni incluso en casos de calor (a pesar de que estas soportan muy mal este). Aunque esto nos suene a la película de los Gremlins, es algo muy importante. Debido a su denso pelaje tardaría mucho en secarse, pudiendo producirles problemas tales como: la aparición de hongos, neumonía e incluso la muerte.
Para que nuestra mascota tome sus baños de arena deberemos proporcionarle un recipiente con la arena. Pueden adquirirse bañeras para chinchillas, las cuales tendrán el tamaño perfecto y nos ofrecerán comodidades debido a que han sido diseñadas específicamente para ello.
No toda la arena y sustratos serán adecuados. En su medio la chinchilla habitualmente usa ceniza volcánica. En nuestro caso, recomendamos utilizar arena especial y específica para chinchilla. Una arena convencional será demasiado gruesa, no penetrando en el fino pelo de nuestra mascota. Por otro lado, un sustrato demasiado fino o que contenga polvo podría producirle problemas respiratorios, introducirse en sus ojos generándole diferentes problemas, etc.
No debemos dejarle la bañera siempre a su disposición. Bañarse es bueno, pero no en exceso, podría resecarle la piel y esto tampoco será bueno para ella: le picará, se rascará y estará molesta.
Por otro lado, la falta de baños tampoco será buena. Si notas el pelaje de tu mascota húmedo, poco brillante, apelmazado… son algunas señales de que nuestra chinchilla precisa una mayor frecuencia de baños.
En función de la humedad del ambiente deberán tomar más o menos baños, incrementando el número a mayor humedad en el ambiente.
Se recomiendan 2 o 3 baños por semana, y la duración será de unos 15 – 20 minutos máximo. Hay gente que prefiere proporcionarle un baño diario, pero de menor duración (unos 5 minutos). Lo que debe quedarnos claro es que si vemos que nuestra mascota se rasca demasiado quizás se deba a que ha tomado baños en exceso, y deberemos reducir la frecuencia de estos. Por lo contrario, si notamos su pelo apelmazado, húmedo y poco vigoroso, necesitará más baños. Poco a poco iremos entiendo las necesidades de nuestra mascota.
Una vez terminado su baño te recomendamos que vigiles si a nuestra mascota se le ha introducido arena en sus ojos. Durante estos la chinchilla se restriega contra la arena, no siendo extraño que entren pequeñas partículas. Normalmente, si utilizamos arena de la granulometría óptima y apropiada no habrá grandes problemas de úlceras y similares, pero aun así, es recomendable vigilar esto.
Si ves restos de arena en sus ojos, lava estos con suero fisiológico. Si observas que tu mascota tiene los ojos entrecerrados, lagrimea demasiado, no has conseguido limpiar correctamente la arena y el problema persiste etc. te recomendamos que acudas al veterinario.
No es necesario utilizar una cantidad excesiva de arena. Al contrario, debemos utilizar la cantidad justa y apropiada. Coloca una capa de arena de unos 2 -3 cm. y nuestra chinchilla se bañará. Será mejor tanto para nosotros como para ella, pues habrá menos probabilidad de que entre la arena en sus ojos además de que nos durará mucho más este producto.
La arena que utilizamos para el baño debe estar limpia, recuerda que el baño es parte esencial de su higiene. Con el fin de no desperdiciar tanta arena podremos colar esta mediante un colador de tamaño adecuado, eliminando restos de heces y similares. Guarda la arena limpia en un recipiente para reutilizarla y desecha aquella que pueda tener orina, etc.
Las chinchillas disfrutan muchísimo de su baño. Es muy gratificante y divertido ver como estas se frotan en la arena y giran sobre si mismas. Gracias a estos baños garantizamos higiene, salud, diversión y bienestar.
Divertida, ágil, con un pelaje suave y característico, dócil… Y es que aprender sobre ella además de sorprendernos nos garantizará un mejor cuidado y entendimiento de nuestro pequeño roedor.
Y ahora que ya lo sabes, ¡proporciónale un buen baño a tu mascota!
