Embarazos psicológicos en perras castradas
Se presenta en perras que han sido castradas y en un momento determinado presentan signos o síntomas de proestro o de estro. Se reconocen tres causas.
La explicación más frecuente es una técnica quirúrgica inadecuada con resección incompleta de uno o ambos ovarios. Una segunda causa es el descenso de una porción de tejido ovárico hacia la cavidad peritoneal después de la exéresis adecuada de todo el tejido ovárico. Este tejido podría revascularizarse y volverse funcional posteriormente. La tercera posibilidad sería la existencia de un tejido “residual” ovárico en una localización diferente a la región ovárica. Este tipo de tejido se suele localizar dentro del ligamento ovárico o en su unión con la pared abdominal.
Estas perras atraen a los machos por su olor y suelen tener crecimiento vulvar. Presentan un frotis vaginal muy típico por la presencia de estrógenos, que sería idéntica a la de una perra no castrada en proestro o en estro.
Estas perras no suelen tener secreción vulvar y, si la tienen, es mínima. El sangrado se podría presentar en aquéllas en las que, además del resto ovárico, existe un resto uterino, o bien si en la cirugía se la extirparon los ovarios pero no la matriz.
El diagnóstico, se hace por citología, aunque se puede complementar con determinación de estrógenos en sangre (estarán altos) y de progesterona (incremento leve). Estos análisis deben ser seriados porque, a veces, en una sola determinación no se manifiestan estas elevaciones.
El tratamiento de elección es la cirugía cuando la perra en cuestión está en proestro o en estro, ya que la presencia de restos ováricos será más fácil de encontrar. Cabría la posibilidad de un tratamiento médico a base de progesterona o de mibolerona.