¿Qué antiparasitario es el mejor?
¿Quieres saber cuál es el mejor antiparasitario para tu perro o gato? Aquí encontrarás un montón de consejos de gran utilidad sobre los tipos de antiparasitarios para mascotas que existen y su importancia.
Cuando vas a incorporar a un compañero peludo a tu familia tú eres el responsable de su salud y bienestar. Junto con las vacunas y una alimentación adecuada, las desparasitaciones periódicas son indispensables para que tu compañero se mantenga sano. Es importante establecer un calendario anual de desparasitaciones, tanto internas como externas, para protegerlo de forma efectiva, utilizando siempre productos de calidad y eficacia probada y asesorados por nuestro veterinario.
Cuando hablamos de parásitos hay aplicar aquello de es mejor prevenir que curar. Es mucho más sencillo y recomendable mantener a tu mascota siempre protegida contra una posible infestación antes que esperar a que aparezcan.
No verlos no significa que no los tengan. Los parásitos son difíciles de detectar cuando todavía hay pocos y algunos requieren de pruebas específicas. Si son fácilmente detectables a simple vista sobre la piel (parásitos externos) o en las heces (parásitos internos), es señal de que la infestación puede ser ya bastante grave y por tanto más costosa de eliminar. En el caso concreto de las pulgas, pueden llegar a ser realmente molestas y difíciles de erradicar. Estas se reproducen velozmente e invaden no solo a tu mascota si no que pueden extenderse a zonas del hogar (especialmente textiles como alfombras y sofás), obligándote a tener que recurrir a potentes insecticidas para deshacerte de ellas definitivamente.
¿Por qué son tan peligrosos los parásitos?
Los parásitos, ya sean internos o externos, debilitan a tu mascota y le causan todo tipo de problemas. Sus picaduras son molestas y pueden causar afecciones dermatológicas, pero lo más peligroso son las diversas enfermedades que transmiten, algunas de ellas potencialmente mortales. En ocasiones, las pulgas, piojos, garrapatas y mosquitos actúan como intermediarios de los parásitos internos transmitiéndolos a través de su picadura al huésped final (perro, gato o humano).
Entre las afecciones habituales causadas por parásitos se encuentran las siguientes:
Ehrlichiosis:
Se trata de una enfermedad infecciosa transmitida a perros y humanos a través de la picadura de las garrapatas. Se desarrolla en tres fases: aguda, subclínica y crónica. Los síntomas suelen ser inespecíficos. Durante la primera fase se incluyen depresión, disminución del apetito, vómitos, fiebre, anemia, epistaxis (sangrado nasal), cojeras, dificultad al respirar, pérdida de peso, entre otros; también son frecuentes las afecciones oculares. Durante la segunda fase el perro se muestra asintomático pudiendo permanecer así hasta cinco años. Si el sistema inmune no es capaz de eliminar la ehrlichia entonces pasa a la fase más grave de la infección, la crónica. En esta última etapa puede aparecer debilidad, fiebre, palidez de las mucosas, anorexia, pérdida crónica de peso, depresión, inflamación de los riñones, edemas, insuficiencia renal, inflamación ocular, e incluso trastornos neurológicos; una vez alcanzada la fase crónica, la enfermedad puede llegar a ser mortal.
Leishmaniosis:
Afecta principalmente a los perros, pero en zonas de fuerte incidencia también puede afectar a otros mamíferos como gatos, caballos y pequeños roedores. España, y especialmente toda la costa del mediterráneo, es zona endémica de esta enfermedad; se estima que aproximadamente el 10% de la población canina está infectada. La leishmaniosis es una enfermedad parasitaria transmitida por la picadura del mosquito flebotomo. Muchos perros infectados no muestran síntomas durante meses, años e incluso pueden no manifestarlos en ningún momento y mantenerse solo como portadores, actuando como foco de transmisión indirecto ya que cada vez que un flebotomo pica a un animal infectado, podrá contagiar al resto de perros que pique a continuación (solo se contagia a través de la picadura); la evolución de la enfermedad depende de la reacción que tenga el sistema inmunológico de cada individuo frente a la infección. Los síntomas son muy diversos, podemos encontrar pérdida de pelo, heridas en la piel que tardan en cicatrizar, epistaxis, pérdida de peso, y problemas digestivos, entre otros. En los casos más graves donde se ven afectados órganos internos es habitual que se presente insuficiencia renal, siendo un agravamiento de este último la principal causa de fallecimiento entre perros infectados de leishmaniosis. Esta enfermedad no tiene cura, existen tratamientos para reducir los síntomas y el animal puede hacer vida normal en muchos casos, pero los parásitos permanecen en su cuerpo toda la vida y pueden presentarse recaídas.
Anemia infecciosa felina:
También conocida como hemoplasmosis o micoplasmosis. Es una enfermedad parasitaria transmitida a través de pulgas, garrapatas y mosquitos, aunque también pueden contagiarse a través de mordeduras o heridas entre gatos. Las bacterias causantes de esta enfermedad se adhieren a los glóbulos rojos de la sangre, causando que los anticuerpos creados por el sistema inmunológico del animal destruyan esas células para combatir la infección. La eliminación de demasiados glóbulos rojos produce que el gato padezca anemia. Si no se trata a tiempo por un veterinario, puede llegar a ser mortal; afecta más gravemente a gatos que ya padezcan enfermedades inmunosupresoras. Entre los síntomas encontramos disminución del apetito, fiebre, depresión, debilidad, color pálido y pérdida de peso.
Dermatitis alérgica (DAPP):
Es la afección más común causada por pulgas y uno de los problemas dermatológicos más frecuentes en las consultas veterinarias. La picadura de la pulga siempre es molesta y causa irritación, pero muchos animales son especialmente sensibles a la saliva de este parásito, lo que les causa una fuerte reacción alérgica cuando éstos les pican. El picor y el dolor que sienten provoca que se rasquen sin parar, pudiendo incluso llegar a hacerse heridas ellos mismos. La DAPP provoca alopecia, picazón generalizada, erupciones, costras, seborrea, oscurecimiento de la piel en las zonas afectadas, y en ocasiones pioderma.
Dipilidiosis:
Producida por un pequeño parásito interno, es muy frecuente en España y puede llegar a contagiarse a humanos. Las pulgas y piojos alojan en su interior la fase larvaria de este helminto, nuestras mascotas se contagian al ingerir una pulga/piojo mientras se lamen o se rascan utilizando los dientes, y el Dypilidium pasa entonces a desarrollarse en sus intestinos como gusano. El primer síntoma de la presencia de Dipilidiosis suele ser ver a nuestro animal restregar el trasero por el suelo, ya que intenta aliviar la irritación que le provocan los parásitos al final del intestino. También podemos observar pequeños gusanos blancos en sus heces, el pelo o en los lugares donde suele descansar. Esta infección provoca malestar general, pérdida de peso, diarreas y complicaciones digestivas variadas.
Filariosis (gusanos del corazón):
Se trata de una enfermedad potencialmente mortal que afecta mayormente a los perros, pero también se puede dar en gatos y otros animales. Se transmite a través de la picadura de los mosquitos, y al igual que la leishmaniosis está muy extendida en España, aumentado cada año los casos registrados. Está causada por gusanos de entre 15 y 40 cm que se alojan en el corazón y arterias pulmonares de nuestras mascotas, obstruyendo los grandes vasos que salen del corazón y afectando al funcionamiento de las válvulas cardíacas; pueden provocar lesiones que afectan a órganos importantes como los pulmones, hígado y riñones. Los síntomas pueden tardar años en manifestarse e incluyen falta de apetito, cansancio, pérdida de peso, decaimiento, hemorragias nasales, tos, edemas, y problemas respiratorios. Si no se trata puede causar la muerte.
Muchas las enfermedades que transmiten los parásitos tienen tratamientos costosos y de duración prolongada, requieren seguimientos y analíticas de control. El caso concreto de la leishmaniosis implica una medicación de tipo quimioterápico bastante agresiva para el animal y pastillas de por vida para controlar los niveles. Los antiparasitarios son una inversión que nos ahorrará a larga muchos sufrimientos tanto a nosotros como a nuestros peludines.
Mejores antiparasitarios para perros y gatos
Existen en el mercado multitud de productos para proteger a nuestros compañeros. De nuevo conviene acordarse de otro dicho popular, lo barato puede salir caro, y es que no debemos escatimar en algo tan importante como es la desparasitación de nuestras mascotas. Aplicar productos de dudosa eficacia y procedencia no solo puede no servir para protegerles adecuadamente, si no que podemos ponerles en peligro ya que se trata de potentes sustancias químicas que aplicamos en su organismo de forma tópica u oral. Si tenemos dudas sobre algún producto debemos consultar con nuestro veterinario.
Los productos a utilizar dependerán de cada caso concreto, si vivimos en zona rural o urbana, si hacemos excursiones frecuentes al campo, la época del año (hay que incidir más en los meses calurosos)… En el caso de los gatos, aunque no salgan de casa es importante mantenerlos protegidos, ya que los parásitos pueden llegar a ellos mediante nuestra ropa o calzado (algo más frecuente de lo que pensamos), o si tenemos perro a través de él.
A la hora de escoger un producto debemos fijarnos especialmente contra qué parásitos protege y durante cuánto tiempo hace efecto.
Para proteger contra los parásitos internos, podemos optar por los siguientes productos:
- Pastillas antiparasitarias: la frecuencia de administración varía entre mensual y trimestral según el producto. Suelen proteger contra todos los tipos de gusanos intestinales (gusanos planos o tenias y gusanos redondos o nematodos). Deben ser ingeridas por el perro o gato y la dosis depende de su peso, tu veterinario te indicará la cantidad que debes darle a tu mascota en función de su tamaño.
- Pasta oral: útil sobretodo para los gatos a los que cuesta administrarles pastillas.
- Pipetas antiparasitarias: también podemos combatir los parásitos internos mediante ampollas spot-on, ofrecen una protección completa y son muy fáciles de aplicar.
Contra los parásitos externos la variedad de productos es muy extensa. Debemos fijarnos de que se trate de un producto con efecto insecticida y no solo repelente, es decir que elimine a los parásitos y no solo los ahuyente, a poder ser que haga ambas cosas. Algunos de los más eficaces son los siguientes:
- Collares antipulgas y antiparásitos: cómodos y con una duración que oscila entre los 3 y los 8 meses, los más utilizados tanto en perros como en gatos son Seresto (contra pulgas, garrapatas y piojos), Preventef (contra pulgas y garrapatas), y exclusivos para perros encontramos Taber, Scalibor (contra pulgas y garrapatas, repelen todo tipo de insectos incluyendo mosquitos), y Prevender (específico contra pulgas, también previene garrapatas).
- Pipetas antiparásitos externos: son un producto relativamente novedoso, de rápida aplicación y su duración varía entre las 2 y 6 semanas, siendo lo más habitual que requieran aplicación mensual. Entre las más eficaces encontramos Flevox Fipronil (pulgas y garrapatas), Advantage (solo contra pulgas), Effipro (pulgas y garrapatas), Frontline (en sus dos presentaciones, spot-on y combo; contra pulgas, garrapatas y piojos), y exclusivas para perros tenemos Advantix, con efecto repelente contra los mosquitos además de eliminar pulgas y garrapatas.
- Sprays antiparasitarios: su acción es inmediata, indicados especialmente en casos donde el animal ya está infectado por parásitos. La aplicación es más complicada ya que se debe pulverizar a contrapelo, procurando llegar a todas las zonas, y tarda un poco en ser absorbido. Los más conocidos tanto para perros como para gatos son Frontline Spray y Effipro Spray, son eficaces contra pulgas, garrapatas y piojos.
Siempre debemos leer y seguir las instrucciones de uso, y consultar con nuestro veterinario cualquier duda, él podrá aconsejarnos el producto más adecuado a nuestra situación y los hábitos de nuestros peludines. Debemos mantenerlos protegidos durante todo el año, pero en los meses de más calor debemos extremar la precaución ya que es la época del año más favorable para los parásitos externos. En casos extremos, podemos darle a nuestra mascota un extra de protección, combinando pipetas y collares, pero debe ser siempre nuestro veterinario el que indique la cantidad de antiparasitario que debemos usar. Por ejemplo, si tienes un perro grande que vive en una finca al aire libre puedes usar un extra de protección. Para un perrito que vive en casa y sólo sale un par de veces al día de paseo, no sería necesario porque vive en un entorno más controlado.Su salud está en nuestras manos, ellos se merecen los mejores cuidados y confían en nosotros para que los mantengamos sanos y felices.
Y tú, ¿qué antiparasitarios das a tu mascota y qué marcas te gustan más?
